4 feb 2011

Si yo fuese el diablo ¿Qué haría en la iglesia?

Por Ulises Oyarzun

Quiero confesar que la idea de este artículo no es 100% mía, es más, el título se lo robé a un amigo el cual me dijo haber predicado algo similar en algún momento de su ministerio.

Pero quise reproducir o masterizar su idea y plasmarla en este artículo. Este es un trabajo subjetivo, no soy un santo, pero tampoco soy tan malo como para creerme el diablo, pero de todos modos hagamos un esfuerzo por imaginar a don “Luci” presentar cuáles serían sus pautas de trabajo si le pidiéramos que ocupara un lugar en el liderazgo de la iglesia.



Estimados miembros de la Iglesia Cristiana. Presente

Mi nombre es Satanás, pero me pueden decir como quieran, desde “Lucifer”
hasta el “cola de flecha” para los amigos.

¿Qué haría en la Iglesia?

Si me lo permiten, tengo algunas directrices sobre mi trabajo a desempeñar:

· De partida, no andaría asustando a los cristianos, el susto en los
canutos provocaría que se acercaran más a Dios, es decir “a la
competencia”.

· No invertiría mucho tiempo en promover herejías, esa pega ya me la hacen
varios predicadores famosos y sin honorarios.

· No sacaría cristianos de la iglesia, me son más útiles tenerlos como
colaboradores dentro de ella, promoviendo los chismes, la envidia, las
rencillas, la arrogancia y la hipocresía.

· No TRASTORNARÍA los programas de la iglesia, es más, apoyaría muchos
de ellos con tal de tener a los cristianos 40 años en la congregación y sin
haber TRASTORNADO al MUNDO.

· No impediría la vida de oración, en tanto que ella aparte a los
cristianos del mundo y de sus necesidades.

· No destruiría la lectura de la Biblia, en tanto que se lea solo para
validar y ratificar las creencias ya existentes y no para dejarse provocar
y escandalizar por aquello que nos exige practicar.

· No impediría que se hable de Jesús, en tanto que sea de “Ese jesús” que
lo amoldaron a los paradigmas religiosos, para así ocultar a ese otro que
grita desde los evangelios esperando que lo dejen entrar a la iglesia.

También me dedicaría a 3 misiones fundamentales.

1.- MATAR

· Mataría las voces proféticas que denuncian la religiosidad hueca y daría
larga vida a los fariseos.

· Mataría a todos los líderes que se ponen el “overol” para trabajar en
servicio a los demás y daría larga vida a los líderes “Empresarios” y a los
“patrones de fundo”.

· Mataría a los maestros responsables de la biblia, a todos aquellos que
luchan para que las Escrituras vuelvan a orientar en la realidades tan
complejas en que vive el hombre, en cambio, daría larga vida a los
maestros que con dos versículos creen dar respuestas acabadas cerrando
el diálogo.

2.-ROBAR

· Robaría la creatividad y la cambiaría por rutina religiosa

· Robaría la defensa legítima de la fe y la cambiaría por una defensa ciega
a formas culturales religiosas.

· Robaría el amor a Cristo y lo cambiaría por un amor a las estructuras.

· Robaría el amor por la Iglesia y lo cambiaría por un amor al “edificio”.

· Robaría el temor de perder la integridad y lo cambiaría por el temor a
perder el CARGO que por “TANTOS” años se lleva en la iglesia.


3.-DESTRUIR

· Destruiría la posibilidad de nuevas generaciones de líderes y perpetuaría
los cargos vitalicios.

· Destruiría el amor y perpetuaría la indiferencia.

· Destruiría la unidad y perpetuaría la uniformidad.

· Destruiría las convicciones cristianas y perpetuaría el activismo
religioso sin reflexión.

· Destruiría las ganas de servir y perpetuaría las ganas de mandar.

· En esencia, destruiría la iglesia desde adentro y dejaría erigida algo
parecido a ella, pero sin el Señorío de Cristo, sin la fuerza renovadora
del Espíritu y sin la compasión del Padre.


Con mucho aprecio Se despide atentamente: El diablo.

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